Muchos de los problemas que llegan al psicólogo vienen derivados de la falta de asertividad. La asertividad es la capacidad de expresar las opiniones, los sentimientos, las actitudes y los deseos, y reclamar los propios derechos, en el momento adecuado, sin ansiedad excesiva, y de una manera que no afecte a los derechos de los demás. Hoy os traigo 3 claves para aprender a decir que no, que sería uno de los puntos cardinales de las técnicas asertivas.
En el día a día, quizás por falta de seguridad, por cansancio o por costumbre, muchas veces anteponemos las necesidades de los demás a las propias. Además hay personas que por su personalidad tienden a aprovecharse de este tipo de personas, de las que siempre dicen que «sí» a todo.
Sé que muchas veces decir que «no» a la gente que se quiere o de manera general es difícil. Surgen sentimientos de culpa, reproches e inseguridad. Aún así es importante aprender a ser más asertivos en el día a día, para que no llegue un día que de tanto decir que «sí» a los demás estemos hartos, enfadados y desbordados.
Aquí os traigo…
3 claves para aprender a decir que no.
1. Cuestión de equilibro.
Obviamente, priorizar nuestras necesidades a las de los demás es cuestión de equilibrio. No podemos obviar que vivimos en sociedad, en grupo, en familia, con amigos, con compañeros de trabajo y esto determina nuestros actos y no siempre hacer lo que queremos. Lo importante es que seamos capaces sin tener sentimientos negativos, de poder decir que no a los planes o deseos de otra persona cuando así lo creamos conveniente.
2. Cuidado con la culpabilidad.
La culpabilidad es un sentimiento habitual en las personas cuando creen que hemos hecho algo mal. Sin entrar a debatir más al respecto, señalar que la culpa puede ayudarnos a tomar decisiones pero también puede hacer mucho daño si no se racionaliza y coloca adecuadamente. Muchas personas están acostumbradas a priorizar las necesidades de los demás a las suyas, pero esto a la larga es un grave error ¿por qué? Porque al final, este quitar importancia a lo que tú quieres o necesitas, a la larga se convertirá en resentimiento con los demás, enfado, amargura, tristeza y baja autoestima. Si quieres cuidar al resto primero cuidate a ti mismo.
3. Antepón tus necesidades.
Suena así de golpe un tanto egoísta, ¿verdad?. Como mencionamos al principio esto es una cuestión de equilibrio, pero sí, es importante que antepongas tus necesidades. ¿Por qué? Para estar bien con uno mismo, conocerse y alcanzar ese «equilibrio emocional» tan añorado, tenemos que escuchar nuestra voz interior. Esta voz interior nos habla de nuestros sueños, deseos, necesidades emocionales, motivaciones y gustos. Si callas esta voz y la condenas al silencio, al final saldrá por algún sitio. Puede pasar que de repente un día no sabes ni lo que te pasa, te encuentres triste y desmotivado. Sí, tu entorno está fenomenal, pero tú no y lo peor es que…¡no saber por qué! Pues muchas veces es por no haber antepuesto tus deseos o necesidades y no hacer caso a esta voz interior.
Y recuerda…
Asegurate que cuando digas «sí» a otra persona no te estés diciendo «no» a ti mismo.
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