Las redes sociales son un gran avance de nuestro tiempo y tienen un gran sinfín de utilidades. Nos dan acceso al conocimiento, nos facilitan la comunicación, nos permiten expresar nuestros pensamiento y sentimientos y dar a conocer nuestros aficiones, gustos, habilidades y talentos. Nos acerca la cultura, el arte, la ciencia…es una maravilla que hace menos de un siglo hubiera sido impensable…pero ¡ojo! también tienen un coste a pagar y unos riesgos que muchas veces no somos conscientes de ellos.
La idea de vivir sin redes sociales es casi impensable, pero sí podemos aprender a gestionar su uso para que no se conviertan en el centro de nuestra vida. Como muchas otras cosas en la vida, las redes sociales no son malas cualitativamente pero sí lo son a nivel cuantitativo. Es decir, cuando el tiempo que dedicamos a ellas es excesivo, las redes sociales tienen un impacto negativo en nuestras vidas.
Aprender a gestionar el uso y el tiempo que invertimos en las redes sociales es importante ¿Por qué? Porque mientras estas enganchado en tus redes «subiendo tu vida en verso» y comparándote con todos…estas dejando de hacer muchas otras cosas que enriquecerían tu vida y tu persona.
¿Cómo puede ser que en la sociedad con más posibilidades y de más fácil acceso a la comunicación la gente se sienta cada vez más sola?
¿Vives pegado a tú teléfono y miras constantemente tus redes sociales? ¿Cada plan que haces es fotografiado, retocado y subido a la red? ¿Has pasado algún día de esta semana sin mirar nada? Probablemente la respuesta sea no… Aparte del agotamiento visual y mental que esto supone… os traigo distintas razones para ayudaros a reflexionar sobre la importancia de vivir y disfrutar de nuestro día a día sin las redes sociales.
Aquí van…
6 razones por las que las redes sociales no deben ser el centro de tu vida
1. Tu autoestima se mide en «likes».
Te sientes bien cuando tienes muchos likes o tus publicaciones son vistas por mucha gente, ¿verdad? ¿y qué pasa cuando pasa todo lo contrario? que nos sentimos decepcionados y frustrados. Nuestra autoestima y nuestra satisfacción cada vez más a menudo dependen de esto, de un símbolo que marca otra persona como reacción ante una publicación, una foto nuestra o un vídeo. La valoración que hacen los demás de ti es importante en ciertas ocasiones, pero no puede siempre depender de ello tu autoestima y tu satisfacción personal. Si te acostumbras a sentirte satisfecho, no por tus logros, sino por la aprobación en forma de «likes» acabarás siendo esclavo de la opinión ajena.
2. Te acostumbras a la recompensa inmediata.
El mecanismo de la recompensa en todo ser humando funciona de la misma manera: antecedente, conducta, consecuencia. Cuando la consecuencia es positiva (un “like”) e inmediata a la conducta (en este caso subir una foto o vídeo), esta se refuerza y aumenta. Por eso es tan fácil engancharse y subir muy a menudo cosas. ¿Cuál es el problema? Que nos estamos acostumbrando a tener un refuerzo, una recompensa de manera inmediata y fácil, cuando en la vida real no es así. En la vida real el refuerzo, la recompensa no llega tan rápido. Muchas veces para conseguir resultados satisfactorios, un objetivo, necesitamos paciencia, constancia, esfuerzo, perseverancia… cualidades opuestas a la inmediatez. Si te acostumbras a los “likes” continuos luego en la vida real te será más difícil sentirte satisfecho y recompensado por algo y abandonaras antes tus objetivos.
3. Dejas escapar oportunidades reales.
Está bien mirar tus redes sociales de vez en cuando…pero que es eso de estar con tu familia, amigos, pareja…haciendo planes y con el móvil en mano. Por favor, primero por respeto a el que tienes al lado y luego por ti, no estés mirando tus RRSS continuamente. Resulta que estamos viendo la vida super guay del resto y en el momento que tienes la oportunidad de vivir un buen plan o una experiencia te pones a ver la de otros…Nunca podrás disfrutar de tus momentos si estás obnubilado con las redes. Además, la vida nos pone delate muchas veces momentos y oportunidades que debemos saber ver…desde una puesta de sol, el reencuentro con un conocido, disfrutar de las calles de tu ciudad, o ver algo que te inspira para tu trabajo. Para disfrutar de todo esto tienes que estar despegado de la pantalla.
4. Falseas y maquillas tu vida.
Ya en la vida real es agotador intentar ser y aparentar quien no eres. Pero es que se ha puesto de moda y ¡más en redes sociales! Párate un momento y reflexiona: ¿Por qué retocas todas las fotos que subes?, ¿por qué inviertes tanto tiempo en salir bien en la foto?, ¿por qué todas tus publicaciones tienen que ser en sitios estupendos?, ¿por qué inviertes tanto esfuerzo en parecer super feliz y super guapo? Primero: la vida real no es “happy flower” ni super estimulante siempre, ni la tuya ni la de los «influencers»… Segundo: ¿Por qué invertir tanto tiempo en aparentar y parecer quien no eres?, ¿no será mejor dedicar tiempo y esfuerzo a mejorar tu vida real y sentirte más feliz y satisfecho?
5. Te comparas e idealizas las vidas de los demás.
Ahora resulta que todos tenemos vidas ideales, estupendas, aventureras, súper estimulantes y novedosas y además somos super guapos, atrevidos, seguros, felices y populares. Bueno como seguro ya bien sabéis, excepto algún afortunado, por norma general esta no es la vida de nadie. No somos tan estupendos como nos vendemos, ni nos sentimos tan felices como aparentamos. El mirar continuamente la vida “estupenda” de los demás nos hace daño y genera sentimientos de enfado, insatisfacción y sensación de fracaso, pero recuerda…¡no es oro todo lo que reluce! Céntrate en disfrutar en la medida de tus posibilidades y no en querer ser todas esas personas con vidas «estupendas».
6. Descuidas tu privacidad e intimidad.
Compartir tus gustos, aficiones, tus vivencias en redes sociales es cada vez más habitual y no tiene por qué ser algo negativo, pero ¡ojo! ¿Qué es eso de subir todo, absolutamente todo lo que haces en tu día a día? Que si como un sándwich, que si bebo un zumo, que si me doy un paseo y salto una escalera, que si voy a un concierto, que si voy al médico, que si voy a la pelu, que si me compro una camiseta, que si estoy moreno, que si…que si…que si… ¿Realmente le ves el sentido a esto? ¿Cuál es el beneficio para tu vida? Exponer hasta este nivel tu vida es sinónimo de insatisfacción y de necesidad de reconocimiento continuo por parte de los demás. Disfruta de esos estupendos momentos tu sólo o con quien estés y lucha por subir continuamente todo a tus redes sociales.
Y recuerda…
La diferencia entre el ser y el parecer reside en la verdad
