La felicidad es un concepto abstracto y subjetivo y por tanto nadie llega nunca a ella en una totalidad, pero si podemos experimentar momentos y periodos de mayor felicidad. La cuestión es, ¿qué nos hace felices? Desde la psicología siempre se ha estudiado el dolor y sufrimiento humano y cómo repararlo, pero se ha indagado menos sobre los factores que influyen en la felicidad humana y en cómo construir cualidades positivas.
A finales de los 90 surge un movimiento dentro de la psicología general, la psicología positiva, encabezada por el psicólogo Martin Seligman. Esta corriente pretende ser la ciencia de la felicidad y estudia como desplegar al máximo los aspectos positivos y el bienestar de las personas.
¿Existen emociones buenas o malas?
No, todas las emociones tienen una función, nos ayudan en nuestro desarrollo y nos configuran como personas. Lo que sí existen son las emociones positivas que nos generan sensaciones agradables y sentimientos positivos (alegría, gratitud, serenidad…) y las emociones negativas (tristeza, asco, miedo…). En nuestro día a día podemos sentir emociones de ambos tipos, lo importante es que haya un equilibrio entre las dos y si es posible que aumentemos las positivas.
¿Cómo puedo aumentar mis emociones positivas?
Según Barbara Fredickson existen 10 emociones positivas. En este post os voy a hablar de 4 emociones positivas que considero importante que tengas presente en tu día a día. Analiza las cosas que te hacen sentir así e intenta potenciarlas. Párate 5 minutos al final de cada día y reflexiona sobre si estas emociones han estado presentes.
Aquí os traigo…
– 4 emociones positivas –
1. Gratitud.
Parece que a veces sólo nos sentimos con derechos de todo y nos cuesta ver todo por lo que deberíamos estar agradecidos. No os hablo del acto de agradecer a los demás lo que hacen por nosotros y ser amables, que también es importante. Os hablo de la emoción de la gratitud, del sentirte realmente bien por ser consciente de todo lo que te da la vida y las personas de tu alrededor. Esto no sucede a veces de manera natural y es un ejercicio que debemos trabajar en nuestro día a día. Esfuérzate en ser consciente y sentirte agradecido por las cosas que tienes a tu alrededor, aunque las circunstancias no sean las mejores.
2. Serenidad.
Qué complicado es sentirnos tranquilos y relajados con el estrés, las preocupaciones y el sufrimiento que cada uno lleva en su «mochila». No quiero decir que tengamos que estar siempre super calmados y en paz, esto es muy complicado, pero sí podemos trabajar en ello. Para tener presente esta emoción en vuestro día a día os recomiendo que os concentréis en cada actividad o tarea que realicéis. Si estás comiendo con tu familia concéntrate en eso y no en las mil y una cosas que tienes en la cabeza. Si estás estudiando o trabajando el tiempo que tengas que invertir en ello intenta estar a eso. Si llegas a casa después de un largo día estate con quién convivas y no a mil y una cosas. Vivir en el momento presente trae serenidad.
3. Interés.
A parte de tu trabajo, estudios, o a lo que mayoritariamente dediques tu tiempo, ¿qué intereses tienes? ¿Te preocupas en cultivarte y desarrollar las cosas que te motivan y causan curiosidad? Es importante que dediques tiempo a descubrir y cultivar las cosas que te gustan y te llamen la atención. Esto nos permite mantener un crecimiento de nuestras habilidades, nos hace estar “despiertos”, con energía y nos permite desarrollar nuestras potencialidades. La vida simple, sin intereses ni aficiones, nos deja a merced de las circunstancias y desprotegidos del sufrimiento.
4. Alegría.
Parece que la sociedad nos demanda estar felices constantemente. «¿Qué tal te va?» «¿Qué tal estás»? Muchas veces se responde «bien» de manera automática, aunque la realidad sea otra. No os hablo de sentiros alegres cada dos por cuatro y de falsear vuestra felicidad, pero sí os hablo de fomentar momentos alegres en vuestro día a día. Primero desde el autoconocimiento y luego potenciando todas esas circunstancias y momentos que nos hacen sentir así. ¿Has sentido hoy un momento de alegría? ¿Has sonreído o has echado una carcajada? Si no es así, intenta que mañana ya sea con un amigo, viendo una peli, leyendo, dando un paseo, viendo desayunar a tus hijos…experimentes un momento de alegría. Y por favor, ¡pon sentido del humor a tu vida!
Y recuerda…
Que los anhelos de tiempos pasados mejores o imaginables futuros, no arruinen el bienestar y felicidad de tu vida actual.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
