Uno de los grandes males de nuestra sociedad y más extendidos es la insatisfacción personal que mucha gente siente en su vida diaria. Es paradójico asumir que siendo la generación con mayores facilidades, comodidades, oportunidades y teniendo todas las necesidades cubiertas, somos menos felices, menos optimistas y más desdichados (subjetivamente) que las generaciones anteriores.
Es verdad, ¡las comparaciones son odiosas! y cada momento histórico tiene unos retos y unos desafíos, pero ¿cómo puede ser que nuestros abuelos que no tenían nada, aún en la dificultad de la pobreza y la lucha del día a día se sentían más llenos y más plenos que nosotros?
Puede que algo esté fallando, bien a nivel estructural de nuestra sociedad o bien en la hora de afrontar individualmente nuestras vidas, o una mezcla de ambas. Sea como sea tenemos que ver qué podemos hacer cada uno de nosotros en nuestro día a día para vencer esa sensación que todo lo apaga e incluso nos amarga.
Aquí os traigo…
3 claves para luchar contra la insatisfacción personal.
1. Volver a disfrutar de lo pequeño.
Estamos acostumbrados a estar rodeados de grandes estímulos y grandes sensaciones. Nuestro cerebro se ha acostumbrado a reaccionar a partir de vivir una vida intensa y con grandes vivencias. ¿Cuál puede ser el problema de esto? Que cada vez necesitas más, más y más, para llenar tu vida y sentirte satisfecho. Ya sabéis que al final lo mejor es tener un equilibrio. Apostemos por no descuidar todos los momentos que nos ofrece nuestro día a día para disfrutar. Sé que suena un tanto cursi, pero sí, un paseo por el río, una sonrisa de tu amiga, un cariño de tu hijo, un café en soledad, el merecido descanso después de un día duro. Estos momentos son los que nos tienen que reconfortar y hacernos sentir vivos.
2. Cuidado con las altas expectativas.
Quizás pensabas que tu vida iba a ser diferentes o que a tu edad ibas a estar en una situación mucho mejor, pero resulta que la vida nos sorprende. Tener altas expectativas sobre nuestras vidas es bueno ya que nos impulsa hacia una dirección y nos motiva, pero ¿qué pasa cuando pensamos que nuestra vida a ser mucho mejor de que lo que realmente es? Bueno, primero en toda la vida de toda persona hay épocas mejores y peores, pero también tenemos algo de responsabilidad en bajar de la nube, vivir nuestra vida real y mejorarla en lo que podamos. «Es que yo pensaba…» «es que yo quería…» «es que vaya mierda…» A veces pensamos que si tuviéramos más cosas, estuviéramos en otras circunstancias o hubiéramos elegido otro camino nuestra vida sería mejor. Puede ser que sí, pero también puede ser que no. No fantasees con todo lo que podía haber sido y aprovecha lo que tu vida actual te puede ofrecer.
3. Cambio y aceptación.
La insatisfacción surge cuando nuestra realidad no cumple nuestras expectativas. Toda persona tiene poder de cambiar y actuar sobre su vida para poder mejorarla. Cada uno, desde una perspectiva realista puede tomar decisiones y cambiar en parte lo que no le gusta de su vida. Por ejemplo, si sientes que tu vida es aburrida, monótona y que no te pasa nada interesante, puedes apuntarte a una nueva actividad o hacer un viaje, pero a veces esto cuesta más que quedarnos en nuestra zona de confort y seguir quejándonos. Esfuérzate en introducir pequeños cambios en tu vida en aquellos aspectos que quieras cambiar y acepta lo que no se puede cambiar. No desde la resignación y el enfado, sino desde la madurez y del saber que la vida perfecta no existe.
Y recuerda…
Introduce pequeños cambios en tu vida para mejorarla y acepta lo que no depende de ti
