Las personas perfeccionistas suelen querer tener todo bajo control, son exitosas en las tareas que realizan, invierten mucho tiempo y esfuerzo para que las cosas le salgan realmente bien, suelen compararse en gran medida con los demás y quieren ser los mejores.
A priori parece que nada de esto sea algo negativo, ¿verdad? Las apariencias engañan y lo que desde fuera puede ser una persona exitosa y estable, por dentro muchas veces estas personas sufren y están agotadas porque son incapaces de bajar ese ritmo y nivel de exigencia.
El problema de ser muy perfeccionista es que muchas veces estas personas basan su autoestima en los resultados que consiguen y en lo buenos que son. Se han acostumbrado al halago continuo de los demás. También sufren muchas veces porque no consiguen ser nunca suficientemente buenos y no saben saborear sus éxitos. Y por supuesto, tienen un miedo atroz al fracaso y se martirizan al mínimo error. ¿Te recuerda a alguien?
Aquí os traigo…
3 claves para las personas perfeccionistas
1.Tu valía no reside en tus resultados.
Normalmente cuando alguien es muy perfeccionista su vida gira en torno a hacer las cosas bien, lo mejor que pueda. Y están acostumbradas a pensar que si se salen de ese rol serán unos fracasados. Tú autoestima no se puede basar únicamente en lo bien o mal que haces las cosas o en si consigues siempre los mejores resultados. Tienes que pensar que tú no eres solo las metas que alcanzas con éxito, también tienes valor por quién eres en sí, como hijo, como amigo, como pareja, como persona en todas sus dimensiones. Aprende a quererte por quién eres y no por los resultados que obtienes.
2. Aprender a no tener todo bajo control.
Obviamente nuestras acciones y cómo las realizamos determinan nuestros logros. Pero también existen muchos otros factores los cuales no están bajo nuestro control que también condicionan todo lo que nos ocurre. Las personas muy perfeccionistas no conceden ni una oportunidad a todos estos factores externos y siempre consideran que para que las cosas funcionen tienen que estar bajo su control. Tienen un miedo exagerado a las cosas inesperadas, a no saber actuar o dar lo mejor en un momento determinado. Aprender a soltar, a relajarse, a confiar en la vida, a saber que hasta aquí es suficiente y no debes hacer más, a soltar… es importante para tu bienestar emocional.
3. Desarrollar la autocompasión.
Seguro que muchas veces te autocastigas por no hacerlo tan bien, te dices a ti mismo que eso no es suficiente y quizás los éxitos que consigues nunca los disfrutas realmente porque tienes puesto el listón muy alto. Probablemente si un amigo te contara alguna preocupación le animarías, le dirías que no le diera tanta importancia y que realmente es estupendo como es. ¿Por qué no haces esto contigo mismo? Cuida la voz interior que te dice «no es suficiente», «tienes que hacerlo mejor», «tienes que ser el mejor sí o sí», “no puedes ser un mediocre”…esto al final no hará que seas más feliz ni que disfrutes más tus éxitos, sino que probablemente acabará minando tus ganas y será difícil que te sientas satisfecho.
Y recuerda…
Aprende a quererte por quién eres y no por los resultados que obtienes
